«Viendo el objeto en buena perspectiva, se ve que vive para la construcción total del universo» manifiesta Gómez de la Serna (1888-1963) en Las cosas y el ello, ensayo exponente de su planteo vanguardista-cognitivo que tiene como centro la supremacía del alma de las cosas por sobre la vivencia subjetiva. Mediante su arte, el escritor madrileño llevará a la praxis dicha concepción materialista valiéndose de recursos formales y estilísticos que harán de su obra una encarnación de los preceptos de la vanguardia española novecentista, aquel gran movimiento estético español artístico y literario que tuvo lugar a comienzos del siglo XX.
Hastiado de la monotonía de un presente donde «todo es contar las habas contadas y anda el alma perdida», de la Serna se propone hacer frente a la desorientación moderna y su inherente vulgarización de los temas mediante sus greguerías, breves enunciados que combinan la metáfora con el humor. En lo que atañe a su obra más extensa, el tradicional punto de vista unilateral no convence a un vanguardista que adapta lo que denominaría el punto de vista de la esponja, ese en que «la visión varía, neutralizada, sin predilecciones, multiplicada.” El escritor deberá proponerse la supervisión abandonando «el absurdo enfoque rectilíneo»: el nuevo arte deberá rechazar sistemáticamente lo banal y habitual, ya que «una de las grandes tiranías de la vida es lo usual, y lo usual hace adinámico el espíritu».
En la propuesta de ficción de Gómez de la Serna subyace una teoría de la literatura: mediante la construcción del punto de vista de la esponja, el narrador se proyecta teóricamente en distintos enunciadores. «La borrachera de cosas en la cabeza, la complejidad del resultado de mirar, nos hace ser un alma entre muchas cosas y estar ante lo multiojeado ». Influenciado por la vanguardia epocal, construirá un narrador unívoco y al margen de las reglas del decorum. El particular punto de vista esponjario permitirá entonces la proyección del narrador en distintos enunciadores, lograda mediante operaciones a nivel formal y estilístico que exploran diferentes perspectivas desde las que abordar el conjunto del relato.
«En la propuesta de ficción de Gómez de la Serna subyace una teoría de la literatura: mediante la construcción del punto de vista de la esponja, el narrador se proyecta teóricamente en distintos enunciadores»
«La visión que yo tengo de un cuadro depende, en precisión, de la distancia que me separa de él y, en amplitud, de mi posición con respecto a un obstáculo parcial que le sirve más o menos de pantalla» explicaba el teórico francés Gerard Genette en 1972, introduciendo el modo como «nombre dado a las diferentes formas del verbo empleadas para expresar los diferentes puntos de vista desde los que se considera la existencia o la acción». Distancia y perspectiva serán entonces las modalidades esenciales de regulación del suministro de la información narrativa: la primera tiene en cuenta la transmisión de más o menos detalles al lector, mientras que la perspectiva refiere al punto de vista que permite regular la información que se ofrece. En consonancia, Gómez de la Serna opera una personificación de los objetos, en tanto realizadores de autopsias a los vínculos y constructores de dinámicas interpersonales.
En “Ella+ella…”-relato que forma parte de su libro El cólera azul– «se calmaba la rivalidad y los tres sillones se volvían calmosos», mientras que «la copa destrozaba toda la habitación y pedía sangre de sacrificio». La animación de las cosas obedece a un planteo según el cual ya no es la conciencia del sujeto quien construye a los objetos, sino que el objeto deviene constructor de realidad, ampliándose la multiplicidad focal de la narración: «Por aquella escalera habían caído marquesas y condesas hacia la muerte, con aquellos sombreros que, sobre lo que ya tenían de aplastados, se aplastaron más al caer». Del mismo modo, en Pueblo de morenas, en referencia a la invención telegráfica, leemos que «el largo cable tenía nerviosismos eléctricos; quería ir más lejos (…) envolver al pueblo en su pasión, rodear todas las cinturas y después morir. Los aparatos vibraban en aquellos soles encendidos, que se aplastaban en las mesas y toda la maquinaria se sentía feliz, como si fuesen verdaderos sus falsos oros de maquinaria de reloj».
«Gómez de la Serna opera una personificación de los objetos, en tanto ‘realizadores de autopsias’ a los vínculos y constructores de dinámicas interpersonales»
A la personificación de los objetos se opondrá una maquinización del ser humano: de Eduardo se dirá que «…sus visillos eran visillos filtro, y la infelicidad se quedaba fuera», Soledad “parecía traer sobre los hombros estantes de cristal con objetos de aseo de plata y de cristal» y su feminidad radicará en que «ya no era aquel reverso de medalla de excavación». Acaso crítica a una época moderna altamente mecanizada pero espiritualmente vacía, la inversión de la fórmula «sujeto constructor- objeto construido» propone deshacer el orden preestablecido por la conciencia.
En este punto resulta interesante señalar el alto grado de surrealismo que tiñe el corpus del poeta, en el que situaciones inverosímiles son transitadas por los personajes sin ser tomadas como tales. La luz en polvo que afecta el comportamiento de los iluminados, el afán de Don Alfredo por alcanzar el centro del átomo y «llegar al límite de la creación desde el que quedará explicado todo», los cables telegráficos que trastornan el comportamiento de los habitantes de Alburquerque: todos ellos componen un universo narrativo regido por sus propias leyes. Así, los argumentos de su narrativa resultan rupturistas y marginales, mientras sus relatos tienen un germen ya no argumental, sino apoyado en la poética.
«Acaso crítica a una época moderna altamente mecanizada pero espiritualmente vacía, la inversión de la fórmula “sujeto constructor- objeto construido” propone deshacer el orden preestablecido por la conciencia».
Sentando las coordenadas de una narrativa opuesta al paradigma del siglo XIX, el realismo del greguerista exiliado en Buenos Aires busca facilitarnos un escape a la limitación perceptiva. Dando cuenta de la noción organicista que subyace a la integración de las cosas, la sensación de lo inorgánico se nos transmite tanto mediante una perspectiva multifocal como desde la presencia de personajes con móviles insondables y recursos formales analógicos, a lo que se suma una animación de lo inanimado y una ruptura de la lógica del tiempo y los espacios en situaciones cotidianas.
Todas estas operaciones contribuyen a la abstracción respecto de las «leyes absurdas de la lógica», en pos de seguir la ruta de lo inesperado. Leeremos en boca de Don Alfredo, protagonista del relato “El dueño del átomo”: «¡Ah el día que se alcance esa última esencia! Será el día supremo del mundo, porque ese corazón del electrón hablará…Sí, hablará en un lenguaje sintético, tipo Morse, del que habrá que encontrar la clave, cosa fácil por su pura perfección…Ese átomo desenlazado será como el verbo de la creación y contará la historia de los mundos». Acaso el objetivo de Gómez de la Serna no diste mucho del de su visionario personaje: la imposición de un lenguaje artístico que operando la des-gregarización de las cosas muestre los hiatos del lenguaje, aquello indecible que se halla en el origen de cualquier lengua.
Trastornando secuencias y consecuencias, desvariando la realidad, el abogado devenido representante de la vanguardia literaria rechaza la focalización convencional y opta por la fijeza en lo arbitrario de la materialidad. En la creación de un nuevo realismo multifocal y haciendo frente a la contracción de un mundo moderno súbitamente telecomunicado, el arte de Gómez de la Serna propone el movimiento inverso: la expansión a lo inusual, el acercamiento a la vida que late en todo lo que ocupa un espacio.

📚 Libro recomendado:
El alma de los objetos (Eolas Ediciones, 21 septiembre 2019)
| Editorial | Eolas Ediciones |
| Fecha de publicación | 21 septiembre 2019 |
| Edición | N.º 1 |
| Idioma | Español |
| Longitud de impresión | 304 páginas |
| ISBN-10 | 8417315942 |
| ISBN-13 | 978-8417315948 |
| Peso del producto | 380 g |
| Dimensiones | — |
*Enlace de afiliado: si compras a través de este enlace, Stella Itineris puede recibir una pequeña comisión sin coste adicional para ti.*
Camila Besuschio
Camila Besuschio nació en Buenos Aires en los 90's y hoy se mueve entre España e Inglaterra. Es crítica literaria pero no critica, más bien lee para sentirse más una con el mundo.
- Camila Besuschio#molongui-disabled-link
- Camila Besuschio#molongui-disabled-link
- Camila Besuschio#molongui-disabled-link
- Camila Besuschio#molongui-disabled-link







