Santiago de Compostela, capital de la comunidad autónoma de Galicia y situada en el noroeste de España, es sede de un importante centro de peregrinación tradicional y uno de los más importantes de Europa. El nombre de la ciudad procede del apóstol Santiago, misionero cristiano, ya que ese habría sido el lugar donde fue enterrado su cuerpo. Según las primeras tradiciones cristianas, Santiago evangelizó esta región de España en el siglo I. A lo largo de los siglos siguientes, se produjeron en la región diversos milagros atribuidos al santo apóstol, que contribuyeron profundamente a la formación de la nacionalidad hispana. En la actualidad, el apóstol es considerado patrón nacional de España.
Santiago Apóstol, o Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, fue, según las fuentes neotestamentarias, uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret, habiendo recibido del maestro el nombre de Boanerges, o «hijo del trueno», por su carácter impetuoso. Santiago, junto con Pedro y Juan, formó el grupo de los tres únicos apóstoles que presenciaron el misterio de la Transfiguración de Cristo, además de ser uno de los primeros misioneros cristianos martirizados, habiendo sido decapitado por Herodes Agripa I en Jerusalén en el año 44. Tras su muerte, según las primeras tradiciones cristianas, sus restos fueron trasladados a España, en la actual región de Galicia. Debido a la persecución romana de los cristianos en la provincia de Hispania, su tumba fue abandonada en el siglo III.
La peregrinación a Santiago se remonta a los siglos IX y X, cuando en 814 se redescubrió el lugar de enterramiento del apóstol. La noticia se extendió por toda la Europa medieval y en 899 se construyó una iglesia. En 997, esta iglesia fue incendiada y reducida a cenizas por el califato de Córdoba. En su lugar se edificó la actual catedral, cuya construcción se inició en 1075 y con varias etapas sucesivas que duraron dos siglos, no finalizándose hasta 1211.
Así pues, el redescubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago no sólo propició la fundación y el desarrollo de una ciudad que se convertiría en santuario de peregrinación durante los siglos correspondientes a la Edad Media, sino que también tuvo importantísimas consecuencias para la historia de la civilización europea. Durante este periodo, entre los siglos X y XIII, la mayor parte de la Península Ibérica estuvo bajo dominio musulmán. Numerosas órdenes religiosas y caballerescas, procedentes de la nobleza local de distintas partes de Europa, viajaron a Galicia y se establecieron allí para garantizar la seguridad de las rutas de peregrinación. Posteriormente, la creciente presencia de estas órdenes convertiría a la región en un núcleo militarizado de resistencia a la ocupación musulmana, contribuyendo al avance territorial cristiano en la Península Ibérica y a la reconquista de los territorios de Al-Andalus, la Reconquista Ibérica. La dominación musulmana de España llegaría a su fin definitivo con la toma de Granada en 1492.
A modo de ejemplo, entre las principales órdenes de caballería activas en la protección de los peregrinos se encontraba la Orden de Santiago, fundada en 1164. Los Caballeros de Santiago estuvieron presentes en innumerables campañas militares de la Reconquista, y llegaron a controlar territorios conquistados que se extendían por importantes regiones de España. Al mismo tiempo, surgió entre los ejércitos españoles la costumbre de invocar el nombre de Santiago antes de entrar en batalla.
Podemos considerar que el culto jacobeo convirtió a la región de Galicia, situada en el noroeste de la Península Ibérica, en el principal núcleo de resistencia espiritual cristiana frente a las fuerzas musulmanas del sur ibérico, núcleo del que partirían diversas campañas militares hacia el sur, consolidando así la formación de reinos cristianos españoles a lo largo del proceso de reconquista de la Península Ibérica.
Durante este periodo, el santo apóstol fue representado en diversas formas iconográficas. Entre ellas, no hay otra representación que simbolice mejor todo el proceso de reconquista y la propia identidad nacional española que la figura de Santiago Matamoros.
Santiago Matamoros es el nombre popular que recibe la representación del Apóstol Santiago como caballero en la batalla. Según las crónicas medievales, intervino milagrosamente a favor de los cristianos contra los musulmanes durante la batalla de Clavijo, supuestamente el 23 de mayo de 844.
La tradición española del Matamoros se remonta supuestamente al reinado de Ramiro I de Asturias. Al principio de su reinado, los musulmanes andaluces del Emirato de Córdoba exigieron a los reinos cristianos del norte el tributo de cien doncellas. Ramiro I no quiso darles las cien doncellas, y la noche anterior a la batalla de Clavijo, según la tradición, se le apareció en sueños el Apóstol Santiago, informándole de que había sido nombrado por Dios Patrón de España. Santiago anima a Ramiro a luchar y le pide que lo convoque. Los españoles luchan gritando «¡Dios ayude a Santiago!» y los moros son derrotados, matando a más de cinco mil moros ese día.
Fue a través de la figura arquetípica de Santiago Matamoros como el ideal simbólico de la conquista se arraigaría de forma permanente en la cultura española, marcando para siempre al país como un pueblo de conquistadores. El escritor Cervantes escribió en su Quijote de la Mancha que «Santiago Matamoros es uno de los más valerosos santos y caballeros que el mundo ha tenido; a España se lo dio Dios por patrón y para su protección».
El simbolismo de Matamoros se manifestaría de diversas formas a lo largo de la historia cultural española, sirviendo de inspiración para diversos acontecimientos históricos posteriores, como la conquista española de América, y sintetizando también el ideal cultural de la Hispanidad. Los pueblos indígenas paganos sustituyeron a los moros musulmanes como pueblos a cristianizar por los conquistadores españoles de América. Numerosos milagros en batallas libradas contra los indígenas volverían a ser relatados y atribuidos a Santiago, convirtiendo al santo en patrón fundador de varias ciudades de México y Centroamérica.
En la España contemporánea, la exposición pública de imágenes de Santiago Matamoros se ha convertido en políticamente incorrecta y ha sido cancelada en los últimos años en Galicia, al ser cuestionada por la izquierda española. Según ellos, la figura de Matamoros se asocia a la legitimación del proceso de colonización europea en América, considerado de carácter genocida.
Sin embargo, en contra de lo que tiende a afirmar la interpretación izquierdista, el ideal de la conquista española de América no estuvo en absoluto guiado por un ideal racial supremacista sobre los indígenas, como fue el caso de la colonización inglesa. Desde el principio, el ideal cultural de la Hispanidad presentó un carácter integrador, aglutinador de razas y orígenes en torno a la unidad de la fe católica. La mayor prueba de ello es la fuerte presencia del mestizaje en la población de los países hispánicos.
Una segunda representación iconográfica de Santiago, muy presente en el imaginario cultural español, es la figura de Santiago Peregrino. En ella, el apóstol tiene un aspecto mucho menos combativo que la figura de Matamoros, y en lugar de ser representado como un caballero militar, lo es como un monje ermitaño. En la catedral de Santiago se encuentran numerosas esculturas, pinturas y vidrieras que representan esta imagen.
Esta otra vertiente más espiritual de Santiago identifica la figura del apóstol con los devotos que acuden a su santuario, entregados a la experiencia ascética de la peregrinación. Porque Santiago también fue peregrino en vida, al haber recorrido a pie toda la Hispania del siglo I en sus viajes evangelizadores. Y más tarde, en la Edad Media, la imaginería religiosa y cultural imperante no dudó en representarlo como un devoto caminante que empuña un bastón, se cubre con un sombrero y una gran capa y lleva al hombro una cartera adornada con una concha de vieira, la concha de Santiago.
Los atributos que caracterizan al devoto dedicado a la peregrinación -especialmente el bastón y la concha de vieira- tenían un significado simbólico. El cayado, sobre el que el peregrino se apoya como un tercer pie, simboliza la Trinidad. La concha de Santiago simboliza las buenas obras en las que cada peregrino debe perseverar tras haber completado su viaje expiatorio al santuario jacobeo.
También debemos recordar el significado más profundo del simbolismo de la concha de Santiago. La concha representa el mapa real de la ruta de peregrinación a Santiago, que, de forma similar al diseño de una concha, está formado por múltiples líneas que convergen hacia el destino final, como podemos ver a continuación.
Todos los caminos conducen, pues, a Santiago. El final de la concha, como punto de intersección de múltiples caminos, puede entenderse como una analogía del propio elemento de unidad y diversidad de la religión cristiana, en su unidad doctrinal en la diversidad cultural de las identidades étnicas, lingüísticas y nacionales.
Si bien la Iglesia de Cristo es católica, universal, dotada de unidad doctrinal y de una misión evangelizadora cuyo fin último es la conversión total del mundo a la Iglesia, esta misma búsqueda de universalidad implica también, paradójicamente, un distanciamiento de los intereses terrenales de una entidad política étnica nacional o local.
Por tanto, no podemos hablar de una Iglesia como proyecto de imperio terrenal que compite con otros imperios. La misma Iglesia que propone el reinado de Cristo sobre el mundo es también la que llama a sus miembros a cumplir sus deberes sociales con las autoridades temporales, pagando al César la parte de impuestos que le corresponde.
Por último, los múltiples caminos hacia la verdad, en este sentido, también pueden entenderse como la noción cristiana de libertad, uno de los mayores legados que el cristianismo ha ejercido en la formación de la cultura occidental, en sus ideales de dignidad humana universal basados en la libertad de conciencia.
La libertad moral de la conciencia humana selecciona los caminos a recorrer. Pero por otra parte, contrariamente a lo que pretende la posmodernidad, esta libertad moral de conciencia tiene un sentido y una dirección, una brújula y un norte. Este norte es la verdad, el destino final al que apuntan los caminos. Como la concha, estos caminos convergen entonces hacia un fin, la plena realización del ser humano y su felicidad guiada por la verdad del Logos.
Las Apariciones de Santiago Combatiente durante la conquista de America, un debate historiografico. https://apami.home.blog/2021/07/28/las-apariciones-de-santiago-combatiente-durante-la-conquista-de-america-un-debate-historiografico/ <Acceso en 19 de Septiembre de 2023>
Santiago de Compostela, https://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_de_Compostela <Acceso en 19 de Septiembre de 2023>
Santiago Matamoros, https://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_Matamoros <Acceso en 19 de Septiembre de 2023>
Santiago Peregrino, https://xacopedia.com/Santiago_peregrino <Acceso en 19 de Septiembre de 2023>
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